El origen de la vida

El origen de la vida

Este botijo se presenta como una forma orgánica y abierta, atravesada por vacíos y filamentos que recuerdan a redes celulares, membranas primordiales y procesos biológicos en gestación.
Su estructura perforada sugiere un estado intermedio entre lo sólido y lo líquido, como si la materia aún estuviera decidiendo su forma definitiva.
Los esmaltes suaves, en tonos claros con matices verdosos, evocan entornos acuosos y químicos primitivos, donde la vida pudo emerger a partir de combinaciones frágiles e inestables.
No es un objeto cerrado, sino un sistema en transformación: respira, deja pasar la luz y el aire, y convierte el botijo en una metáfora de la vida naciente, entendida no como un instante, sino como un proceso continuo de organización, adaptación y cambio.

© santiagomseptiencreado en Bluekea