Me llamo Santiago, ingeniero de profesión y fotógrafo amateur. Nací en Burgos en 1964 y soy padre de familia numerosa. Siempre he sentido una gran fascinación por la fotografía, aunque ha sido en los últimos años cuando la he descubierto en profundidad.
Me considero un «fotógrafo de fin de semana». Mi trabajo como director de operaciones ocupa gran parte de mi tiempo, pero mi interés por inmortalizar momentos nació hace muchos años.
Desde muy pequeño, recorría los campos de Castilla con una cámara desechable en mano. A mediados de los años 80, descubrí «la magia del revelado» gracias a Curro, un compañero del colegio mayor en Madrid, quien me enseñó el arte de capturar la luz dentro de una caja aparentemente simple. En aquella época analógica, cuando las imágenes surgían poco a poco en el papel mojado dentro del cuarto oscuro, todo parecía magia.
Fue entonces cuando compré mi primera Canon de segunda mano.
Sin embargo, al terminar mis estudios y comenzar mi vida profesional, el fotógrafo que había en mí quedó dormido en algún rincón.
Pero el mayor espaldarazo a la fotografía tuvo lugar hace unos años cuando Susana, mi mujer, vendió un reloj que ya no usaba y me regaló mi primera cámara digital. Esto me permitió revivir de nuevo esta afición.
Mis hijos Rodrigo, Cristina y la pequeña Paula junto con Susana han sido mis primeros modelos, a ellos les debo toda su paciencia y el tiempo robado.
Esta página considerarla como un balcón donde os podéis asomar de vez en cuando para ver todo lo que mi cámara ha capturado.
Habitación Colegio Mayor Madrid, 1988
Fotografía Analógica con relevado