
Este botijo representa la energía y el movimiento de las partículas elementales en interacción. Su estructura está compuesta por múltiples esferas que simbolizan protones, neutrones, electrones y otras partículas subatómicas que colisionan y se transforman de forma constante.
Las superficies de las esferas están marcadas con ecuaciones y símbolos de la física teórica, recordando las trayectorias de partículas en movimiento. Los colores y texturas variados sugieren distintos estados de la energía y la materia, mientras que las formas entrelazadas transmiten una sensación de colisión y recombinación.
Más que un objeto funcional, este botijo actúa como una metáfora del universo en su nivel más fundamental, donde la materia se descompone en sus componentes más pequeños, revelando las leyes invisibles que lo rigen.
