Marte

Marte

Este botijo, dedicado al planeta Marte, se construye como una metáfora del planeta rojo entendido no solo como territorio físico, sino como enigma persistente.
Su volumen compacto y erosionado remite a una geología 
antigua, marcada por capas, estratos y cavidades que evocan millones de años de historia mineral. Los tonos rojizos y terrosos, trabajados con esmaltes y texturas irregulares, reproducen la aspereza del paisaje marciano, mientras los orificios y relieves sugieren antiguas corrientes, impactos y procesos aún no del todo comprendidos.
El detalle que aparece como un ojo, una abertura profunda y oscura, actúa como núcleo simbólico de la pieza. No es solo una mirada hacia el exterior, sino una invitación a mirar dentro: un punto de observación que parece devolver la mirada al espectador, recordándole que Marte es, ante todo, un planeta de preguntas.

Ese ojo sugiere vigilancia, conciencia latente o secreto, aludiendo a todo aquello que aún permanece oculto bajo su superficie: rastros de agua, huellas de vida pasada o futuros posibles.
El botijo no afirma, insinúa; no revela, guarda. Como Marte mismo, contiene más incógnitas que certezas y transforma la espera científica en una experiencia poética.

© santiagomseptiensite by Bluekea