
Este botijo evoca las clásicas pizarras verdes llenas de ecuaciones escritas con tiza, símbolo del pensamiento científico y de la incansable búsqueda por comprender los misterios más profundos del universo. Inspirada en las pizarras que aún se utilizan en el CERN, esta pieza fusiona de forma natural la tradición con la vanguardia de la investigación científica.
Su superficie vidriada en verde intenso está grabada con ecuaciones fundamentales, símbolos y diagramas procedentes de la física de partículas y la cosmología. Desde representaciones de partículas elementales como gluones, protones y bosones, hasta expresiones matemáticas clave, cada trazo rinde homenaje a la ciencia que intenta desentrañar el entramado de la realidad.
Concha Cuadra capta magistralmente la esencia de la investigación científica en una forma orgánica, transformando el concepto de pizarra en un objeto tridimensional y tangible cargado de significado. Las texturas grabadas evocan el polvo de tiza, mientras que la curvatura del propio botijo simboliza la continuidad del conocimiento, sin principio ni fin, como el universo que intentamos comprender.
Este botijo no es solo una obra de arte en cerámica, sino un tributo a las mentes brillantes que, a lo largo de la historia, han plasmado sus ideas en pizarras similares en su afán por responder a las preguntas más profundas dela existencia.
